Cómo aprender a estudiar por tu cuenta y ser autodidacta
Hoy en día el estudio es un hábito tan importante para jóvenes que están orientando su vida profesional como para mayores que quieren actualizar sus conocimientos o buscan un nuevo reto laboral. Debido a la falta de tiempo y a las nuevas posibilidades existentes de formación, muchos de ellos deciden ser autodidactas. Para obtener buenos resultados en los estudios, ya sea para presentarse a un examen o como estrategia formativa de reciclaje personal, hay que planificarse, motivarse, practicar técnicas de memorización y marcarse objetivos para cumplirlos.
La velocidad a la que cambia el mundo es impresionante y el reciclaje formativo es una auténtica necesidad. Una buena planificación, un método lógico de estudio, alcanzar el ritmo adecuado, entrenar la lógica, las técnicas de memorización, y comprobar a diario los conocimientos obtenidos son, entre otros, los principios básicos para reciclarse o conseguir el éxito de un examen del que pueda depender un simple curso escolar o nuestra vida profesional, como es el caso de una oposición o un examen de acceso.
Hoy en día el estudio es una actividad que acompaña a la mayor parte de las personas en diversos momentos de su vida. Cuando los chicos están en edad escolar, es una obligación impuesta por los padres y por el propio Estado; cuando acaban el colegio, un porcentaje elevado decide seguir estudiando en la universidad; después, debido a que el empleo no atraviesa los mejores momentos, lo habitual es que continúen con un máster, una especialización de postgrado, o que se preparen unas oposiciones, cuyo aprobado equivale en la actualidad a tener unas condiciones económicas aseguradas.
Y para rematar, como la competencia laboral es tan brutal, hay que seguir constantemente estudiando idiomas (ya no sirve con saber solo inglés) o actualizándose con las nuevas tecnologías que evolucionan a velocidades de vértigo.
El vídeo online, indispensable para la autoformación
En estos tiempos de crisis laboral, nadie puede permitirse el lujo de quedarse desfasado, ni jóvenes ni mayores, pues la competencia es leonina, y siempre hay alguien por detrás empujando. Vivimos una época en la que el ser humano se tiene que pasar toda su vida estudiando. Y las nuevas tecnologías facilitan en gran medida las posibilidades de autoformación, con cursos online, foros especializados, una ingente cantidad de manuales que antaño era complicado conseguir y, por supuesto, los vídeos, que ocupan un lugar primordial a la hora de adquirir conocimientos.
En el ámbito de los vídeos, Youtube se ha convertido en el dueño y señor del aprendizaje. Es prácticamente posible encontrar cualquier tema, por raro que sea, explicado en una grabación de vídeo de dicha red social.
Con el acceso a internet, cualquier persona que viva en el último rincón del mundo, por muy aislada que esté, puede capacitarse en la competencia más específica, cosa que hace unos años era inimaginable. Y si una persona tiene escasos recursos económicos, la posibilidad de buscar información en internet y acceder a cursos gratuitos es inmensa.
Cada edad tiene sus ventajas: hábito de estudio frente a experiencia
Está claro que dependiendo de la edad que tengamos vamos a enfocar de una manera diferente el estudio. Y, sin duda, cada edad tiene sus ventajas y sus desventajas. Por lo general, los más jóvenes juegan con la ventaja de que conservan su hábito de estudio, disponen de más tiempo libre y menos responsabilidades.
Los más mayores, sin embargo, aunque aportan una gran experiencia, tienen que enfrentarse a la pérdida de este hábito, haciendo encajes de bolillos para compatibilizarlo con el trabajo, las obligaciones domésticas y las familiares, lo cual supone una enorme barrera para el estudiante de edad avanzada.
Además el ritmo de vida acelerado que llevamos, los años, y el esfuerzo que hay que hacer por recuperar un hábito perdido, hacen que más de uno tire la toalla y se anquilose de por vida.
Pero con frecuencia, el deseo de superación, la autoestima, la necesidad de encontrar un trabajo, obtener el reconocimiento debido o subidas salariales compensan las dificultades de los más mayores, y suelen ser los motivos principales que les llevan a “hincar los codos”.
Cuatro condiciones fundamentales para el estudio
Está claro que se trata de que cada uno aproveche las ventajas y las motivaciones de la edad que le toca vivir para obtener lo mejor de sí mismo y rendir el máximo. Los psicólogos han comprobado que la satisfacción y la autorrealización profesional está totalmente vinculada a la autoestima y al desarrollo de la vida familiar.
Para un aprendizaje correcto, hay que reunir cuatro condiciones que son fundamentales:
- Tener fuerza de voluntad,
- Estar motivado,
- Tener un buen método, y
- Planificar una correcta distribución de tiempo.
Leyes básicas que influyen en el aprendizaje
Cuando una persona se pone a estudiar, debe tener en cuenta tres leyes básicas que se deben analizar porque influirán en su capacidad de aprendizaje:
- La ley de la preparación: el aprendizaje solo se puede efectuar cuando una persona está lista para aprender.
- La ley del efecto: si un tema provoca una reacción desagradable, tiende a olvidarse rápidamente;
- La ley del ejercicio, la práctica: el estudio y los ejercicios o test se complementan, y habrá que practicar ambos a diario;
- La ley de la primacía: es fundamental asimilar los conocimientos básicos y fundamentales para aprender lo más complicado; y
- La ley de predisposición a un fin. Si nos proponemos una meta atractiva, la tarea será más agradable y estudiaremos con más intensidad.
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