Cómo bañarse en entornos naturales y tomar precauciones

Señor bañándose en un embalse.

A la hora de bañarse en un embalse hay que tomar precauciones para evitar riesgos de ahogamiento. Fotografía de Christopher Campbell.

Si te gusta ir a bañarte a los entornos naturales, toma una serie de precauciones para evitar accidentes: no adentrarse en el agua durante las horas de la digestión, no lanzarse de cabeza desde puntos altos y no practicar la natación en lugares desconocidos son las principilaes recomendaciones. Siempre se debe comprobar que está permitido meterse en el agua, pues es posible que exista algún motivo no visible, en un principio, pero que haya cierto peligro.

Es indispensable extremar las medidas de autoprotección en actividades de baño, tanto en piscinas, como en ríos o en otros lugares de entorno natural, para evitar posibles accidentes. Entre otras normas básicas, nunca se debe entrar en el agua de manera brusca, sino que se aconseja humedecer previamente los brazos y cabeza, con el fin de que la temperatura del cuerpo no sufra un cambio de temperatura.

Lugares naturales para bañarse cerca de Madrid

En la comunidad de Madrid hay varios lugares donde las personas se pueden bañar, aunque también se ha limitado mucho este uso con multas elevadas en espacios protegidos, como es el caso de La Pedriza, prohibido desde el año 2016 con multa de 3.000 euros. Asimismo hay que recordar que está prohibido el baño en los embalses madrileños, salvo en la zona acotada para esta actividad en el pantano de San Juan.

Próximos a Madrid hay algunos lugares naturales con un paraje sensacional en los que se permite el baño. Pero  siempre es necesario informarse antes de hacer el viaje, porque la legislación va cambiando, y comprobarlo antes de meterse en el agua, porque igual hay determinadas zonas prohibidas por su peligrosidad.  Algunos de estos lugares son:

  • El Pantano de San Juan y la Lancha del Yelmo, próximos a San Martín de Valdeiglesias.
  • El Atazar, próximo a La Cabrera.
  • Las Presillas y La Cascada del Purgatorio, cerca de Rascafría.
  • La Tejera, en Horcajo de la Sierra.
  • Embalse de Picadas, en la cuenca del Alberche.
  • Hoya Encavera, cerca de Lozoya.
  • Piscinas del Valle de Tiétar, cerca de Arenas de San Pedro, en Ávila.
  • Piscinas del Cega, cerca de Segovia.
  • El Chorro de Valdesotos, en Guadalajara.

Riesgos no visibles para los bañistas

Tampoco es conveniente lanzarse de cabeza al agua, especialmente en ríos, embalses u otros parajes naturales, ya que los posibles choques con piedras u otros objetos sumergidos e invisibles para el bañista pueden ocasionar daños irremediables.

La Dirección General de Protección Ciudadana desaconseja practicar el baño en zonas alejadas sin compañía alguna puesto que, en caso de accidente, no habría quien pudiera prestar el socorro inicial ni dar el correspondiente aviso.

No perder de vista a los niños cuando se meten en el agua

En las zonas de baño, se debe dedicar especial atención a los niños y no perderlos jamás de vista por más que vayan provistos de flotadores. En las piscinas, se debe evitar que jueguen y corran por los bordes, generalmente húmedos, por lo que aumentan las posibilidades de resbalones y caídas.

Cómo actuar ante un bañista en peligro

En caso de detectar a un bañista que atraviesa por un momento de peligro, es aconsejable pedir ayuda a personas próximas y evitar adentrarse en solitario en el agua para prestarle ayuda. Lo más eficaz es lanzar flotadores y objetos a los que el bañista pueda asirse y sólo las personas que tienen práctica profesional en socorrismo, y siempre que conozcan perfectamente la zona, deben aventurarse a entrar a ayudarle.

La prudencia es fundamental para evitar accidentes en entornos naturales

En cualquier caso, se recuerda la necesidad de llamar al 112, teléfono de Emergencias, ante cualquier incidente, sea propio o de otra persona, dar señas del lugar donde ocurre y prestar toda la información posible al operador que atienda la llamada.

Como norma fundamental se recomienda siempre la prudencia a la hora de bañarse en entornos naturales, por lo que no se deben sobrevalorar los propios recursos físicos o la aptitud para la natación, ya que suelen ser el origen de la mayor parte de los problemas que se derivan de esta práctica deportiva veraniega.

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