Cómo hacer compost para el jardín y cuales son sus beneficios
La producción propia de compost para el jardín o huerto mejora en gran medida las características del suelo, evitando la necesidad de usar fertilizantes químicos y pesticidas. Además de ahorrar costes de agua de riego, de recogida y tratamiento, se consigue cultivar unos productos más sanos. Tan solo hay que seguir una serie de pautas para que trabaje la naturaleza, y a los 4 ó 5 meses lo podremos utilizar.
El compost es el producto de la descomposición natural de la materia orgánica hecha por los organismos descomponedores (bacterias, hongos) y por pequeños animales detritívoros, como lombrices y escarabajos.
Cuál es el proceso para hacer compost o compostaje
El proceso de compostaje es llevado a cabo por múltiples organismos descomponedores que comen, trituran, degradan y digieren las células y las moléculas que componen la materia orgánica.
Los principales responsables de estas labores son las bacterias y hongos microscópicos. También actúan las lombrices, los insectos y otros invertebrados, muchos de ellos no perceptibles a simple vista. Nuestro papel se centra en mantener las condiciones ambientales naturalmente favorables a la vida de todos estos organismos. De ningún modo se debe rociar el compost con insecticidas, desodorantes, desinfectantes, ácidos o disolventes.
Ventajas del uso del compost
El uso de una buena cantidad de compost en el jardín o huerto mejora las características del suelo, evitando la necesidad de usar fertilizantes químicos y pesticidas. Además ahorra bastante agua de riego. Esto hace que los productos cultivados sean más sanos y que nuestra forma de cultivarlos sea más respetuosa con el medio ambiente.
El compostaje es un proceso fácil de hacer y con un coste económico mínimo comparado con otros sistemas de tratamiento de los residuos. Además de ahorrar costes de recogida y tratamiento, nos estamos ahorrando la compra de productos fertilizantes.
Herramientas e instrumentos útiles para el proceso de compost
Como el espacio suele ser limitado resulta más práctico emplear un compostador de plástico, rejilla metálica o de madera, ubicado en un rincón protegido para evitar bruscas variaciones de temperatura y humedad.
Hay que colocarlo sobre la tierra, para permitir a los descomponedores la colonización del recipiente. Será preciso asimismo regular la entrada de aire y humedad cerrando el contenedor tanto durante el periodo lluvioso como en el periodo seco.
Los materiales leñosos deberán ser troceados en piezas no mayores de 5 cm. Para ello resulta muy útil la trituradora de materia vegetal, unas tijeras podadoras y un hacha. También es conveniente una horca para mover y airear los materiales; una pala para recoger el compost ya hecho; y un tamiz para separar la parte perfectamente compostada, de los fragmentos leñosos que queden.
Cuando el cubo esté lleno o hayan transcurrido al menos 4 ó 5 meses, se podrá comenzar a extraer compost de la parte inferior de la pila a través de las trampillas o desmontando el cubo.
Conviene dejar reposar el compost una vez cribado en un lugar sombreado y a cubierto de la lluvia durante al menos un mes para asegurar que no contiene invertebrados que podrían ser perjudiciales.
Para qué se puede usar el compost
El compost fresco, distribuido en capas de 5 cm sobre la tierra (acolchado) es excelente para su protección de los cambios de temperatura y de la sequedad, mejora el suelo, ahorra agua y controla el crecimiento de malas hierbas.
El compost maduro aunque se puede utilizar para acolchar, sobre todo es un óptimo humus fertilizante, mejora la estructura del suelo y su capacidad de absorber y retener al agua.
Consejos para obtener un buen compost
Si quieres obtener un compost de calidad, te aconsejamos:
- Utilizar una gran variedad de materiales. Cuanto más triturados estén, más rápido obtendremos el compost.
- Los materiales para mezclar se pueden agrupar en dos categorías: húmedos y secos. Los húmedos son ricos en agua y sustancias nutritivas como el nitrógeno (restos de frutas y verduras, césped y poda fresca, cáscaras de huevo, etc.); y los secos están compuestos básicamente de carbono (pequeñas ramas, hojas secas, viruta, paja, cartón, periódico, etc.).
- Cuando esté colocado es útil añadir estiércol de animales de granjas o corral (pollos, conejos, ovejas, cabras, caballos, vacas), compost maduro o tierra de huerto, para acelerar el proceso de descomposición.
- En caso de aportes grandes de estiércol, el producto obtenido será más rico en nitrógeno, lo que hay que tener presente a la hora de aplicarlo.
- Conviene evitar los excrementos de perros, gatos y demás animales carnívoros, y los materiales cocinados, especialmente carnes y pescados, que pueden provocar malos olores y atraer moscas y roedores.
- Si se incorpora papel no debe ser satinado, porque tienen elementos tóxicos en sus tintas. El papel y el cartón deberán ser desmenuzados en pequeños trozos.
Descomposición en función de los materiales
En función de los materiales, podemos distinguir los siguientes procesos de descomposición:
- Descomposición rápida: hojas frescas, césped, estiércol de animales de corral, de ovejas y cabras, y malezas jóvenes.
- Descomposición lenta: frutas y verduras, posos de té y café, paja y heno viejo, restos de plantas, estiércoles pajizos (caballos, burros y vacas), flores viejas y plantas de macetas, desbroces de setos jóvenes, malezas perennes, lechos de hámster, conejos y otros herbívoros.
- Descomposición muy lenta: hojas de otoño, desbroces de setos duros, ramas, serrín y virutas de madera no tratada, cáscaras de huevo y de frutos secos, lanas e hilos naturales, pelos, plumas, y huesos frutales.
- Otros materiales: ceniza de madera, cartón, servilletas, bolsas, periódicos y envases de papel.
- Debemos evitar: carne y pescado, derivados de la leche y productos con levaduras o grasas.
- No utilizar: ceniza de carbón y de coque, heces de perros y gatos, pañales desechables, revistas ilustradas, restos de aspiradora, filtros de cigarrillos y tejidos sintéticos.
Esta información ha sido facilitada por el Ministerio de Medio Ambiente, la asociación ecologista Amigos de la Tierra y el Ayuntamiento de Galapagar, que desarrollaron conjuntamente un proyecto piloto en dicho municipio de la sierra de Madrid para reducir y reciclar los residuos vegetales que se producen en las parcelas, ofreciendo información a los habitantes para enseñar a hacer compost y para que conocieran sus beneficios.