Los cambios ambientales provocan nuevas enfermedades infecciosas

Hoy en día existen más de 40 enfermedades infecciosas nuevas que se desconocían hace una generación. Las enfermedades infecciosas son responsables del 5% de las muertes en el primer mundo y más del 35% en los países no desarrollados, según han manifestado expertos mundiales que han abordado la relación entre los cambios ambientales y este tipo de enfermedades. 

La introducción y el manejo de antibióticos ha supuesto uno de los cambios ambientales que mayor impacto ha tenido en la trayectoria evolutiva de los microbios. La legionelosis, el virus del Nilo Occidental, el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave o el virus de la gripe aviar son algunas de las enfermedades infecciosas que han surgido, o resurgido, en los últimos años.

La alteración del equilibrio en el mundo de los microorganismos provoca anualmente el surgimiento de al menos una enfermedad infecciosa nueva, según han puesto de manifiesto los expertos durante el Simposio de la Fundación Lilly “Cambios ambientales, sistemas microbianos e infecciones”, celebrado en El Escorial.

Los cambios ambientales, como las oscilaciones en las temperaturas o en la pluviosidad; la construcción de grandes presas; la polución química e industrial, la aplicación de pesticidas, las técnicas agrícolas y ganaderas, los nuevos hábitos de vida; así como los desplazamientos y los movimientos migratorios representan nuevos riesgos y amenazas de enfermedades infecciosas.

Las enfermedades infecciosas surgen con más rapidez que nunca

De hecho, se estima que hoy en día existen más de 40 enfermedades que se desconocían en una generación atrás. En el simposio se puso de manifiesto que las enfermedades infecciosas suponen un grave problema sanitario, sobretodo si lo ponemos en el contexto de un mundo globalizado y permeable a las migraciones de todo tipo.

En los últimos cinco años, la OMS ha verificado más de 1.100 brotes epidémicos. Según señala la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades infecciosas, además de propagarse más deprisa, parecen estar surgiendo con más rapidez que nunca.

Legionelosis, el virus del Nilo y el de la gripe aviar

La legionelosis, el virus del Nilo Occidental, el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave o el virus de la gripe aviar son algunas de las enfermedades infecciosas que han surgido, o resurgido, en los últimos años.

Hasta hace unas décadas, poco se hablaba de la legionelosis. Sin embargo, la capacidad adquirida por esta bacteria para establecerse y resguardarse en  los depósitos de refrigeración de aire acondicionado ha generado y está generando brotes infecciosos bastante graves en hoteles y hospitales.

Las enfermedades infecciosas provocan 15 millones de muertes

Las enfermedades infecciosas causan 15 millones de muertes anuales; representan el 5% de la mortalidad en el mundo desarrollado y superan el 35% en el caso de los países del tercer mundo.

El panorama de las enfermedades infecciosas en el mundo es muy heterogéneo; mientras que algunas enfermedades como la gastroenteritis, el paludismo o la malaria están controladas en las sociedades avanzadas, en otras poblaciones mal nutridas y con malas condiciones higiénicas tienen una prevalencia notable y alcanzan una gravedad inusual.

La amenaza de los cambios ambientales

Los expertos no dudan en asegurar que las enfermedades infecciosas son enfermedades ecológicas, altamente dependientes de los cambios ambientales. Así, los procesos industriales, sociales o tecnológicos afectan directamente la ecología microbiana.

Los cambios ambientales influyen en todo el ecosistema y, por tanto, en los microbios como parte del mismo. El concepto de microorganismo patógeno (capaz de producir enfermedad) es un concepto en evolución, tanto como la propia situación de dichos microorganismos.

La intensidad de la capacidad patógena de muchísimas especies varía, ya que hay especies que normalmente pueden no ser patógenas y adquirir características que le confieran la capacidad de serlo.

Actualmente se están desarrollando modelos donde se puedan relacionar los cambios climáticos, como fenómenos naturales, con su influencia sobre los patógenos bacterianos y las infecciones reemergentes, como el cólera.

La resistencia a fármacos: los antibióticos

La introducción y el manejo de antibióticos ha sido uno de los cambios que mayor impacto ha tenido en la trayectoria evolutiva microbiana. Se han introducido un conjunto de sustancias que, siendo tóxicas para los microbios, han forzado su evolución hacia formas resistentes. No solo hablamos de los antibióticos, sino de otros muchos agentes presentes en la polución química del ambiente, que son tóxicos para cualquier organismo vivo, y por tanto también para los microorganismos, y que fuerzan este proceso evolutivo.

Según se pone de manifiesto en el Informe sobre la Salud en el Mundo 2007 de la OMS, “la propagación de la resistencia a los antibióticos amenaza gravemente los avances logrados en muchas áreas de la lucha contra las enfermedades infecciosas; en concreto, suscita gran preocupación la tuberculosis extremadamente farmacorresistente (tuberculosis XDR).

La resistencia a fármacos es también manifiesta en el caso de las enfermedades diarréicas, las
infecciones nosocomiales, las infecciones de transmisión sexual, las infecciones de las vías respiratorias, la malaria, la meningitis, y se está observando ya en la infección por VIH”.

Control de los sistemas microbianos

Las bacterias constituyen una de las claves para el funcionamiento general de la Tierra, sin sus funciones la vida humana no sería posible, ya que son los sistemas microbianos los que aseguran los ciclo del nitrógeno, el oxígeno o el carbono.

Los cambios climáticos, la contaminación medioambiental y los cambios sociales necesariamente tendrán importante repercusión sobre los sistemas microbianos que aseguran el mantenimiento de la vida en el planeta.

Es necesario prestar la atención suficiente al mundo microbiano, investigando y analizando los cambios en sus índices de diversidad, que pueden ser excelentes sensores para detectar posibles alteraciones ecológicas.

Asimismo, es necesario aplicar una mentalidad médica para analizar nuestro planeta: se trata de poder diagnosticar precozmente los daños que pueden estar ocurriendo en los órganos que son críticos para el mantenimiento de la vida superior; sin duda, la mayor parte del equilibrio biológico del que todos dependemos está supeditado al funcionamiento correcto de los sistemas microbianos en la Tierra.

Hay que investigar acerca de qué tipo de análisis son necesarios para proceder a este diagnóstico precoz; en todo caso, estará basado en estudios continuados de diversidad microbiana en distintos ecosistemas. A continuación habría que estudiar cuáles son las causas nocivas que producen las posibles enfermedades de los sistemas microbianos, y así podrían quizá limitarlas o inactivarlas.

Por último, se podrían adoptar políticas de terapia para curar esas enfermedades del planeta. Este planteamiento es ambicioso, y estamos muy lejos de poder alcanzarlo, pero debemos empezar a pensar en ello.

Implicaciones inmediatas en la salud humana y animal

Los cambios en las enfermedades infecciosas son una seria advertencia de que este proceso de daño de los sistemas microbianos puede tener implicaciones inmediatas en la salud humana y animal.

Actualmente existe la capacidad de controlar los sistemas microbianos y detectar precozmente los cambios que se producen, pudiendo neutralizar la capacidad patógena resultante que suponga una amenaza para la especie humana o la salud de los animales, incluso empleando otros microorganismos para equilibrar ecológicamente estos sistemas.

Con estas reuniones la Fundación Lilly pretenden analizar cómo estos cambios en el mundo están afectando al poder patógeno, a las infecciones y cómo podemos conocerlos más a fondo.

Asimismo hacen un llamamiento a la responsabilidad de los microbiólogos clínicos, especialistas en enfermedades infecciosas, responsables de salud pública, y políticos en conseguir incrementar el interés y los recursos para el mayor conocimiento sobre las causas y las consecuencias de dañar los sistemas microbianos en la Tierra, prediciendo y corrigiendo a su debido tiempo posibles situaciones catastróficas.


 Fecha de edición del texto: 30 de diciembre de 2007