La Flor de Pascua, un reto para que sobreviva todo el año

El intenso rojo de la Flor de Pascua combinado con el resto de sus aterciopeladas hojas verdes producen un armonioso contraste que provocan que la mayor parte de la población adquiera esta planta para decorar los salones en las fechas navideñas.

De hecho, rara es la tienda o gran almacén que no pone en oferta la Flor de Pascua para atraerse a la clientela. El problema es que su duración es breve, pues la mayoría no sobrevive al mes de febrero. Por este motivo hay que asegurarse de comprar una planta sana, con un vistoso colorido, y que no se le caigan las hojas con ligeros movimientos.

No obstante, esta planta de origen mejicano se puede conservar durante varios años prestándole los cuidados adecuados.

La Flor de Pascua necesita luz y riego abundante

El periodo de floración se produce desde el mes de noviembre hasta enero, etapa en la cual la planta necesita bastante luz, riegos abundantes, pero dejando que la tierra se seque entre ellos, y una dosis quincenal de abono. En el momento en que se aprecie que las hojas amarillean y pierden compostura, es conveniente reducir la dosis de agua.

Le va bien la humedad, sin encharcamientos, y teme la calefacción y la falta de luz, pues enseguida se le empiezan a caer las hojas. Lo más conveniente es situarla en un rincón próximo a una fuente de luz, pero protegido de corrientes, con una temperatura constante, entre 12 y 20 grados. No soporta las heladas.

La Flor de Pascua necesita reposar después de la floración

Una vez que acaba la floración, hay que dejarla en reposo en un lugar con poca luz, ya sea en el interior o en el exterior. La poda debe efectuarse cuando haya perdido las hojas, en primavera; y podemos aprovechar las ramas cortadas como esquejes.

Los esquejes, que deben medir entre 8 y 10 cm, echan raíces en verano. Cuanto antes los corte y los plante, mayor será la planta en invierno. Tenga cuidado cuando la corte, y póngase unos guantes, pues su savia lechosa parece ser venenosa.

En verano, en el caso de que sea de los pocos habilidosos que consiguen mantenerla hasta esta estación, es mejor que no le dé el sol directo.

En el interior, la Flor de Pascua no suele pasar de los 60 centímetros, pero si se planta en el jardín puede llegar a convertirse en un frondoso y gran arbusto. Su momento de mayor crecimiento y vigor es justo antes de la floración.

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