El cóleo, una sencilla planta digna de coleccionistas

El cóleo es una planta de cuidado fácil y muy agradecido. Además es barata, ideal para todo el que quiera empezar el arte del cultivo de las plantas. Requiere muy pocos cuidados, se multiplica con rapidez, y la combinación de una gran gama de colores y contrastes en sus hojas aterciopeladas la convierte en un preciado objeto decorativo en cualquier rincón de la casa que tenga luz.

Cuidados del cóleo

Las hojas aterciopeladas del cóleo mezclan una variada gama de colores.

El cóleo o cretona es una planta agradecida y muy vistosa, ideal para inexpertos, pues su rápido crecimiento y sencilla reproducción por esquejes hace posible que cualquier persona que ponga un poco de esmero en su cuidado, pueda lucir unas preciosas plantas de hojas aterciopeladas y llamativos contrastes, que llenan de colorido cualquier espacio.

En las localidades de la sierra de Madrid, el coleo se hiela durante el invierno, así que es necesario protegerlo, trasladarlo a un invernadero o meterlo en casa.

El cóleo necesita luminosidad, pero no el sol directo

Esta planta anual, procedente de las zonas tropicales, es idónea para interiores, aunque lo mejor es situarlas en un sitio bien iluminado, para que se aviven sus colores y se ponga frondosa.

Los colores que combinan sus hojas dentadas con trazos que a veces parecen pinceladas, suelen ser el verde, el rosa, el amarillo, el naranja, el burdeos y el negro, pero con una gama tan grande de tonalidades y contrastes de las diversas especies, que son dignas de coleccionistas.

Suelen florecer cuando empieza el calor, pero es recomendable quitarles la flor para que no le reste vigor a la planta. Con la llegada del buen tiempo, se pueden sacar los cóleos al exterior, pero con cuidado de que no le dé el sol directo.

La tierra debe estar bien drenada y húmeda, aunque con ciertas precauciones, porque un exceso del riego es la principal causa de muerte entre los novatos.

La reproducción del cóleo mediante esqueje es muy sencilla

Los esquejes (que deben ser de unos 10 cm, conservando sólo las dos o cuatro hojas superiores) arraigan con facilidad, casi en cualquier momento del año, ya sea en la tierra, o metiéndolos en un vaso de agua hasta que echen las raíces, y luego se trasplantan.

También es sencillo reproducirlos por semillas en primavera.
En el trasplante hay que tener mucho cuidado con no dañar las raíces, pues son muy sensibles.

Si se desea sembrarlas en su lugar definitivo, habrá que trabajar y limpiar bien la tierra, de forma que quede bien suelta.

Consejos para cuidar el cóleo

  • El exceso de calor es muy perjudicial. No poner el cóleo nunca al sol directo ni al lado de un radiador.
  • Procura ubicarlo en lugar luminoso. Cuando falta luz, el cóleo crece poco, de una manera desgarbada, y sus hojas pierden colorido.
  • Abónalo cada quince días para que sea vigoroso y de bonito colorido.
  • La araña roja y la mosca blanca se eliminan bien con los insecticidas comunes.
  • Si las hojas se ponen lánguidas en verano, suele ser que les falta agua. Pero no las ahogues, calcula cuál es el agua diaria que necesita dependiendo del calor.

El cóleo es una planta ideal para novatos. Enseguida se le coge el truco y se reproducen de una manera increíble.

Los cóleos tienen una gran variedad de colores (verdes, burdeos, rosas, varios colores mezclados…), y sus hojas son de diversas características: lisas, aterciopeladas, rizadas… Una zona con una buena combinación de cóleos resulta muy decorativa.

Consulta los trucos y consejos para proteger tus plantas de terraza cuando llega el invierno.

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