Ruta de las Casas de Piedra de Hoyo de Manzanares

Ruta de las casas de piedra

Entrada de una de las casas de piedra de la ruta, en Hoyo de Manzanares.

Los puntos principales en los que se detiene la Ruta de las Casas de Piedra, tan típicas y entrañables de Hoyo de Manzanares, son siete: la plaza y el ayuntamiento, el teatro municipal Las Cigüeñas, la calle Erillas, las antiguas escuelas y Casa del Médico, la casa de la Plaza del Rosario, el conjunto de las Eras y la Colonia Vindel.

Para empezar la Ruta de Nuestras Casas de Piedra, que nos proporcionará valiosos conocimientos de la historia de Hoyo de Manzanares, debemos partir del núcleo principal del pueblo: su plaza Mayor.

A partir de ahí, podemos seguir el orden de los puntos más destacados, para llegar a conocer las diferentes etapas por las que ha ido atravesando el pueblo a lo largo de los siglos.

La Plaza Mayor y el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares

Las primeras noticias acerca de la Plaza Mayor de Hoyo de Manzanares se recogen del archivo municipal y datan del siglo XIX. En aquel entonces allí se situaban el ayuntamiento y otras dependencias municipales tales como las escuelas, la cárcel y la taberna.

A principios de los años 50 solo podía verse en esta plaza el actual edificio del Ayuntamiento con su torre lateral que tras las obras de la plaza quedó descentrada. La plaza tal y como hoy la vemos, se llevó a cabo entre 1952 y 1954 dentro del programa de la Dirección General de Regiones Devastadas.

Es una plaza de dos alturas, construida íntegramente en granito, porticada y abierta en su lado sur. En el piso superior, se situaban las viviendas protegidas algunas de las cuales siguen estando habitadas por familias y otras se destinan actualmente a dependencias municipales.

La última reforma realizada en la plaza data de 1986 y consistió en la unión del piso alto del Ayuntamiento con las a las laterales. Esta obra se llevó a cabo a pesar del informe negativo de la Consejería de Ordenación del Territorio, quien desaconsejó la obra porque rompía la perspectiva que se tenía de la Sierra de Hoyo desde el centro de la plaza.

Detrás del pórtico del ayuntamiento nos encontramos con la Fuente del Caño, la más antigua de Hoyo de Manzanares, que abastecía de agua a la población antes de la llegada del agua corriente. Es una fuente serrana construida en 1845 con el granito extraído de las canteras circundantes.

La iglesia de Nuestra Señora del Rosario, el Teatro Municipal Las Cigüeñas

La primitiva iglesia de Nuestra Señora del Rosario, hoy Teatro Municipal, comenzó a construirse en el siglo XV y no se terminó hasta el siglo XVII.

Era un templo sencillo, de una sola nave con capillas adosadas a los lados del crucero y un pórtico en el lado sur siguiendo el modelo de los templos segovianos traído por los pastores que repoblaron Hoyo de Manzanares tras la Reconquista. En el siglo XVII se construyó la espadaña sobre la que hoy anidan las cigüeñas que dan nombre al conjunto.

Hacia 1970 el estado del edificio era ruinoso, tenía la cubierta derruida y solo se conservaban los muros de cerramiento hasta la altura de la cornisa. Gracias a una permuta entre el Ayuntamiento y las instituciones eclesiásticas propietarias del templo, este pasó a propiedad municipal. Las obras de rehabilitación comenzaron en 1983.

La nueva función del edificio como auditorio municipal hizo necesaria la ampliación de la cubierta pasando de arco de medio punto a arco rebajado. Asimismo, hubo que dotarlo de nuevas dependencias construidas en el lado sur sobre los restos del primitivo pórtico del siglo XVI.

Actualmente sólo la capilla del lado del Evangelio conserva su uso religioso como Capilla de la Virgen de la Encina, patrona de la localidad.

En la Plaza de la Iglesia encontramos una fuente que data de 1929. Construida en ladrillo y granito, de estilo más ornamental que práctico a diferencia de la Fuente del Caño.

Como elementos decorativos destacan el frontón central, la decoración de bolas, herencia del estilo herreriano o escurialense y los dos surtidores en forma de cabezas de leones de bronce dorado.

Arquitectura popular por la calle Erillas

A lo largo de la calle Erillas vemos algunos ejemplos de la evolución que ha tenido el lugar en la vivienda tradicional de la sierra de Madrid.

Estas viviendas se construían por los mismos que las habitaban sirviéndose de las materias primas que tenían al alcance, tales como el granito, la madera de encina y el barro en forma de tejas para las cubiertas. Son viviendas sencillas donde prima la economía de medios.

La tipología más primitiva, la rural data de la segunda mitad del siglo XVIII (Calle Erillas número 5). Se construyen en un momento donde los medios de vida principales de los vecinos eran la cantería y otras labores extractivas (corcho, madera, miel..), la ganadería y cierta agricultura residual.

Son viviendas volcadas al interior con varias construcciones, una destinada a vivienda principal y otras a los animales y aperos de labranza.

Estas construcciones se abrían a un patio central, encerradas en si mismas, dando la espalda a las primitivas calles. Se caracterizan por el uso del sillarejo de granito colocado a hueso, esto es, sin que exista cemento o argamasa alguna que una las piedras del muro.

Los vanos tanto de las ventanas como de las puertas son de pequeño tamaño para mantener la temperatura interior y las cubiertas, a dos aguas para facilitar el drenaje del agua y la nieve, se cierran con teja cóncava o teja árabe.

A principios del siglo XIX, se empieza a registrar un cambio en la tipología arquitectónica que indica a su vez un cambio en la forma de vida del pueblo. Es la tipología urbano-rural, transición entre la vivienda rural y la urbana (Calle Erillas número 7).

La población crece y los vecinos empiezan a tomar conciencia de su pertenencia a una comunidad, los medios de vida no han cambiado demasiado pero ahora, las casas comienzan a abrirse a las calles a través de puertas y ventanas un poco más grandes y aparecen los bancos adosados a las fachadas, muestra del nuevo sentimiento de vecindad.

Las cubiertas pasan a ser de teja plana o teja catalana y en los muros se sigue usando el granito aunque mejor cortado y con cemento, que además se utiliza para decorar recercando las piedras en lo que se conoce como llagueado.

Las Antiguas Escuelas y la Casa del Médico

En uno de los lados de la pequeña plaza, en la parte trasera de lo que hoy es la Clínica Municipal, puede verse el antiguo dintel de entrada del edificio primitivo, Las Escuelas Carlos Ruiz, que estuvieron en funcionamiento hasta que en los años 60, el deterioro del inmueble obligó a cerrar una de las dos aulas, por lo que los alumnos debían acudir a clase en dos turnos, uno de mañana y otro de tarde.

Para paliar la situación se construyeron en la Plaza de Cervantes nuevas aulas así como las viviendas de los maestros, hoy desaparecidas. En 1981, el edificio de las antiguas escuelas fue remodelado para convertirse en la clínica municipal.

Por estos años, la escuela quedó definitivamente instalada en el antiguo hospital de tuberculosos situado en la calle Hurtada, a las afueras del pueblo, camino de Colmenar Viejo.

En el otro lado de la plaza, vemos un ejemplo de las llamadas villas urbanas, las casas que los primeros veraneantes de Hoyo de Manzanares comenzaron a construir a principios del siglo XX. Estas villas no siguen un modelo sino que se construyen según el gusto y capricho de sus propietarios.

A principios del siglo XX se prescriben el aire puro de montaña y el contacto con la Naturaleza como elementos fundamentales para enfermos y personas de salud frágil.

Asimismo, gracias a algunos intelectuales vinculados a la Institución Libre de Enseñanza, se advierte el valor de la Sierra de Guadarrama y su entorno como lugar de enorme valor ecológico, pero también como lugar de paseo de excursionistas y veraneantes.

Estas casas tienen la única nota común de poseer jardín, puesto que era el elemento buscado por los veraneantes para disfrutar y estar en contacto permanente con esa Naturaleza que venían a buscar.

En este caso concreto, destacan los arcos de medio punto de la entrada y el porche, elementos decorativos más que constructivos y la cubierta de pizarra, impropia de las viviendas tradicionales, que toma como modelo el estilo herreriano o escurialense.

Este ejemplo de las llamadas villas urbanas es una casa de propiedad municipal que se destinó hasta el año 2006 a vivienda del médico del pueblo y por ello se la conoce comúnmente como «Casa del Médico».

La vivienda urbana: la Casa de la Plaza del Rosario (1919)

Esta casa es un modelo del cambio constructivo iniciado a principios del siglo XX que deja atrás las viviendas urbano-rurales para pasar a las viviendas urbanas.

Nos encontramos un pueblo que ha incrementado su población y que va cambiando su principal medio de vida despegándose del medio rural para volcarse hacia el comercio.

En torno a la vía principal de comunicación del pueblo, la calle Hurtada, comienzan a aparecer viviendas de dos pisos. El piso bajo se destina a tiendas, tabernas, talleres y otras actividades comerciales mientras que la vivienda se sitúa en el piso alto.

Como nota común, estas casas presentan una entrada comercial abierta a la calle en una de sus fachadas y en la fachada opuesta, la entrada a la vivienda a la que se accedía mediante escaleras y terrazas.

Las familias enriquecidas con la nueva actividad, construyen casas volcadas al exterior mediante balcones, terrazas y grandes ventanas adornadas con rejería que pretenden trasladar el estatus social de quienes las habitan.

En este caso, destacan elementos decorativos como la rejería blanca de los balcones delanteros y de la terraza de acceso a la vivienda, donde podemos leer la fecha de construcción (1919), así como las ménsulas con decoración de veneras bajo la línea de la cornisa, cuya función es meramente decorativa.

La vivienda rural: el conjunto de Las Eras

Estas dos construcciones conforman uno de los conjuntos más interesantes y más antiguos que se conservan actualmente en Hoyo de Manzanares. Nos permiten apreciar el modelo constructivo de tipo rural que existía en Hoyo de Manzanares a finales del siglo XVIII.

Ambas se abrían a un patio central seguramente habitado por gallinas y otros animales domésticos formando un conjunto volcado al interior.

El edificio principal, destinado a vivienda fue construido sobre roca madre y su muro restaurado con posterioridad a la fecha en que se construyó para aislarla de las inclemencias del clima. Hoy en día conserva solo los muros de cerramiento, puesto que la cubierta se ha venido abajo.

El edificio secundario, posiblemente destinado a acomodo del ganado y pajar, conserva aún el muro primitivo con su aparejo de sillarejo a hueso, esto es, construido con piedra de granito de la zona en la que solo se tallaba la carilla exterior y donde no se usaba ningún tipo de argamasa o cemento para unir las piezas que lo componen.

Las ranuras entre las piezas se cubrían con piedras de menor tamaño hasta crear un muro de enorme grosor para evitar filtraciones.

Mirando el edifico podemos observar algunas piedras que sobresalen de la vertical del muro a modo de escalones. Esta era precisamente su función, ya que permitía al propietario subir por el muro hasta la altura de la bajo cubierta bien para repararla o bien para, ayudados de rastrillos, llenar los carros con la paja que tiraban a través de pequeños ventanucos situados bajo los aleros.

La arquitectura residencial: la Colonia Vindel

Las primeras colonias de veraneantes llegaron a Hoyo de Manzanares hacia 1930, en estas fechas comienzan a construirse grupos de viviendas con un diseño y estilo común a las afueras del casco urbano destinadas a quienes decidieron fijar en nuestro pueblo su lugar de descanso estival.

Este grupo de construcciones conocidas como Colonia Vindel son un proyecto de Marcelo Usera, a quien se debe la planificación del conocido barrio madrileño y según algunos pretendió construir en nuestro municipio una zona residencial de lujo que no llegó a completarse y de la que actualmente solo vemos las construcciones de la Dirección y la Portería flanqueando la entrada así como el Almacén y la vivienda que este promotor destinaría para sí mismo alineadas con la calle principal.

Según otras versiones que no hemos podido confirmar, la finalidad de estas construcciones no sería residencias de lujo, sino «colonias» de jóvenes, lo que hoy denominamos campamentos de verano.

Tanto la Dirección como la Portería se construyen en granito, sin embargo se emplea en ladrillo como material decorativo marcando la línea de la bajo cubierta y recercando ventanas y puertas. Destacan el pequeño vano en forma de cruz de ladrillo en el vértice superior de las fachadas así como los letreros cerámicos.

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Fuente de información:
Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares

 

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