Cómo evitar la alergia a los medicamentos y cuáles son sus síntomas
La alergia a los medicamentos, principalmente a antibióticos y antiinflamatorios, se ha convertido en el tercer motivo de consulta más frecuente entre los pacientes, después de la rinoconjuntivitis y el asma. Esta reacción suele presentarse en torno a los 40 años, y están más predispuestas las mujeres, que tienen una sensibilización alérgica mayor. Aprende a identificar sus síntomas y a reducir los riesgos.
La penicilina y sus derivados, como la amoxicilina y las cefalosporinas, suelen producir reacciones graves de rápida presentación e incluso pueden llegar a causar la muerte, siendo las causantes de casi un 50% de las alergias a medicamentos.
En la actualidad, se desconoce la causa por la que un paciente se vuelve alérgico a un medicamento, si bien los especialistas señalan que se precisa de uno o varios contactos con el fármaco en cuestión hasta que el organismo se sensibiliza frente al mismo.
Una vez que se desarrolla la sensibilización, se mantiene el resto de la vida. Es posible que al cabo del tiempo, un contacto esporádico con el fármaco no provoque una nueva reacción, pero lo más probable es que suceda en las siguientes ocasiones. En el caso de que se produzca una tolerancia del fármaco al que creíamos que éramos alérgicos, lo más lógico es pensar que nunca lo fuimos.
No se debe hacer una prueba del medicamento en la piel por propia iniciativa
El estudio diagnóstico de reacciones alérgicas por causa de la toma de medicamentos es cada vez más habitual entre los pacientes que acuden por primera vez a las consultas de alergología. De hecho, es el tercer motivo de consulta más frecuente en Atención Primaria, tras la rinoconjuntivitis y el asma, según información facilitada por el Comité de Alergia a Medicamentos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC).
Esta circunstancia podría deberse a la realización de diagnósticos cada vez más precisos, que aportan mejores soluciones y facilitan el manejo de este tipo de pacientes por parte del médico de Atención Primaria, que sería más proclive a enviar pacientes para estudio.
Los expertos de la SEAIC advierten que nunca se debe hacer una prueba de alergia sobre la piel con un medicamento antes de tomarlo. Las pruebas cutáneas deben realizarse siempre bajo indicación del alergólogo.
Las causas de alergia a los fármacos no se conocen bien
Todavía no se conocen los motivos por los cuales se produce la alergia a los medicamentos. Pero, sin duda, hay una tendencia al alza cuyas causas son difíciles de determinar.
Podría, en parte, estar motivada por un aumento en el consumo de fármacos en la población general, aunque, por otro lado, está en línea con el incremento en el número de pacientes alérgicos que, en general, se viene observando en esta patología y en los casos de asma bronquial, rinitis y dermatitis, en particular.
Síntomas de alergia: picor, habones, tos y pérdida de conocimiento
Los síntomas de alergia a los medicamentos, en el caso de una reacción de tipo inmediato, se inician generalmente con un prurito o picazón muy intensos en las palmas de las manos, plantas de los pies, cráneo o pliegues que generalmente se generaliza, acompañándose de la aparición de habones y, dependiendo del grado de reacción, de tos, dificultad respiratoria e incluso pérdida del conocimiento que se asociaría a un shock anafiláctico que puede costar la vida.
En el caso de una reacción de tipo retardado, la sintomatología puede aparecer a las horas o días de tomar el fármaco y los síntomas varían desde erupciones en la piel hasta afectación grave de piel, mucosas o de órganos internos.
Cómo es el perfil del alérgico a los fármacos
A diferencia de lo que ocurre en otras patologías alérgicas como rinitis, asma o alergia a alimentos en las que el primer diagnóstico se produce durante la segunda década de la vida, la reacción por medicamentos suele presentarse en torno a los 40 años.
Expertos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica indican que es normal que las personas mayores necesiten ingerir más fármacos que las jóvenes. Por ello, debido a que la posibilidad de sensibilización aumenta con los contactos de forma repetida, a partir de esta franja de edad es más frecuente que se produzcan los casos de sensibilización por medicamentos.
Pero existen otros factores. Se ha comprobado que las personas que padecen alguna alteración del sistema inmune tienen mayor riesgo, aunque todavía es algo que está en estudio. Esta puede ser una de las razones por las que los pacientes con alteraciones del sistema inmune, como aquellos que sufren sida, podrían mostrarse más susceptibles a la sensibilización que otros grupos de población.
Antibióticos y antiinflamatorios, los más alérgicos
Los medicamentos que con más frecuencia están implicados en las reacciones alérgicas son los antibióticos betalactámicos: penicilina y derivados, como amoxicilina, y cefalosporinas.
Según el informe ALERGOLOGICA, este grupo de fármacos, que con frecuencia producen reacciones graves de rápida presentación e incluso pueden llegar a causar la muerte, es el causante de casi un 50% de las alergias a medicamentos.
En un segundo grupo se encuentran los antiinflamatorios no esteroideos, responsables del 39% de las reacciones y, en tercer lugar, los antibióticos quinolonas, cada vez de uso más habitual en anestésicos locales, sulfamidas, tetracicilinas y macrólidos.
Finalmente, cabe señalar que los relajantes musculares son la causa más frecuente de reacción alérgica en una intervención quirúrgica con anestesia general. En varios estudios han observado que la población femenina tiene una mayor predisposición para una sensibilización alérgica frente a este tipo de fármacos.
El mejor tratamiento preventivo: evitar exponerse al medicamento
Cuando se sufra una reacción adversa con medicamentos, es conveniente no demorar mucho en el tiempo la realización del estudio alergológico. La terapia de la alergia a medicamentos es la estricta evitación del fármaco causante de la reacción y, como precaución, del grupo de medicamentos relacionados por afinidades moleculares, buscando alternativas seguras de tratamiento.
Es importante que se haga un correcto diagnóstico por un especialista adecuado ya que, de otra manera, se podrían quitar al paciente fármacos esenciales, utilizando otros grupos que pueden ser más caros, más tóxicos o que pudieran aumentar resistencias bacterianas.
A pesar de ello, se dan casos en las que no hay una alternativa terapéutica válida, como podría ser el caso de alergia a antineoplásicos, a tuberculostáticos, a sulfamidas en pacientes con sida, a penicilina en pacientes con determinados tipos de infección, intolerancias a ácido acetil-salicílico en pacientes que precisan su utilización como tratamiento antiagregante plaquetario.
En estos casos, se pueden realizar técnicas de desensibilización, que consisten en favorecer o permitir a un paciente alérgico la tolerancia de un determinado medicamento a lo largo de un periodo de tiempo.
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